Y DESPUÉS DE LOS DESPIDOS, ¿QUÉ?

El funesto 4 de mayo, día que las personas que trabajamos en Worldline recordaremos por la carnicería producida en el Centro de Servicios de Repsol, cuando la Empresa nos reunió para darnos las “buenas noticias” de que se había renovado el contrato, con un coste humano de 20 despidos, una de las cosas que preguntamos era si esta renovación implicaba una disminución de las tareas que allí se realizan… La respuesta, tajante, de la Empresa fue que ¡SÍ!, y que esa era la razón por la cual se recortaba la plantilla.

Pues una vez más la Empresa nos miente.

El mismo día en el que se ejecutaron los despidos, se empezó a reunir a aquellas personas “afortunadas” en conservar su puesto de trabajo, para explicarles qué les deparaba el futuro. Comenzando con cambios en los puestos físicos de trabajo, y siguiendo con la reasignación de tareas y modificaciones en la jornada laboral…

Al mejor estilo que nos tiene acostumbrado el Jefe del Servicio, como hizo ya en 2013, cuando se realizó una profunda reestructuración del mismo, con la que se “cargaron” otra veintena de trabajadoras y trabajadores, las personas volvieron a ser tratadas como si de fichas de ajedrez en su macabro tablero se trataran:

• Personas que venían realizando el horario de la Empresa, que ahora pasan a trabajar a turnos, sin contemplarse la conciliación de su vida laboral con su vida personal. En algún caso, incluso, con el cambio a otro centro de servicio, lo cual recorta aún más la plantilla del centro en cuestión.
• Personas que venían realizando el turno de la mañana (9 a 17), y ahora deben trabajar por la tarde, de 14 a 22h, con las complicaciones que esto puede acarrearles.
• Personas, incluso con Reducción de Jornada por Cuidado de Menores, que no trabajaban los sábados, o lo hacían muy esporádicamente, ahora deberán hacerlo hasta 2 veces por mes.

Y para completarla, una vez más, se le pide a la gente que haga un esfuerzo… que debemos “remar todos” para sacar el servicio adelante… y que hay que trabajar más, para poder cubrir el trabajo de las compañeras y compañeros que mandaron a la calle…

Mientras la gente sigue remando, las y los de siempre siguen en sus yates.